"La última obra de los creadores de Burundanga" es quizá uno de los mejores reclamos que puede tener hoy en día una comedia teatral. Aquella obra, todavía en cartel, es una de las comedias con más éxito y más divertidas que se han visto en los últimos años en Madrid. Ahora, Jordi Galcerán y Gabriel Olivares vuelven a la carga y ofrecen una nueva obra en la línea de la genial Burundanga. Me gusta cómo eres, adaptación de la obra francesa J'aime beaucoup ce que vos faites, tiene una cadencia de risas creciente equiparable a aquella obra y, al igual que en ella, hay momentos en los que las carcajadas de los espectadores eclipsan las voces de los actores en escena. A juzgar por el lleno a reventar del Lara y por lo muy divertida que es la obra, no cuesta mucho augurarle una larga vida en los escenarios. El tiempo dirá.
Desde luego, si lo que se busca es pasar un rato divertido, Me gusta cómo eres es el lugar ideal. Hora y media de entretenimiento a cuenta de la amistad, la hipocresía social y los choques entre el mundo rural y el urbano. Las risas están garantizas, porque también lo está identificarse en algún momento de la función, o más bien en varios, con alguno de los protagonistas. La obra es, sobre todo, reconocible. Por supuesto, hay concesiones a la comedia, a veces casi al esperpento. Pero la clave de las risas que despierta lo que sucede en las tablas del teatro de Malasaña es, para empezar, que todos conocemos a alguien que tiene una manía como el de alguno de los personajes, o incluso nosotros mismos las tenemos.
Todo comienza cuando una pareja que ha decidido irse a vivir a un pueblo de Toledo ultima los preparativos para recibir en su casa a otra pareja de amigos, éstos urbanitas. Lo que inicialmente parece un reencuentro feliz, con un fin de semana por delante lleno de planes apetitosos y de tiempo con gente querida, se tuerce por completo por culpa de una llamada telefónica. Por error, la pareja urbanita, más bien snob, pero que no controla demasiado los botoncitos de los móviles, deja en el buzón de voz de la pareja campestre un mensaje en el que se les escucha hablar de lo poco que les apetece el plan y de lo que piensan realmente de sus amigos.
Ambas parejas están en puntos diferentes. Se han distanciado, porque todos ellos han cambiado. De un lado, los que aman el campo, van de vacaciones al cámping y no usan teléfono móvil. Del otro, los urbanitas perfectos, que sólo viajan a hoteles de cinco estrellas, visten siempre a la última moda y comen barritas con sabores, en vez de comida de verdad. El espectador, como digo, se sentirá identificado y, según sus circunstancias personales, empatizará más o menos con uno u otro. Desde luego, de todos ellos quedan claras sus contradicciones y sus manías. Yo diría que la pareja snob sale bastante peor parada, porque resultan realmente insoportables, pero, a su manera, cada uno de los cuatro personajes se hace querer. Y todos, desde luego, resultan muy divertidos.
El final, magnífico, llega en un santiamén. La hora y media que dura la obra se pasa volando. Hay varios momentos en los que los intérpretes mantienen su posición, para seguir con el texto después de las ovaciones. En otros instantes, las risas casi ahogan los diálogos. El ritmo de risas es endiablado, no para de crecer. Deslumbran especialmente las actrices protagonistas: Pepa Rus como la mujer de ciudad que se va a vivir al campo, no cocina del todo bien y es menos sofisticada que su amiga, más natural; y, sobre todo, Miren Ibarguren, a la que habíamos visto antes en varias comedias televisivas. Su personaje es el más goloso y ella lo aprovecha. La mayoría de los momentos más geniales de la obra llegan de su mano. Está sencillamente excepcional. Junto a ellas, cumplen con su papel Óscar de la Fuente y Juanan Lumbreras.
Me gusta cómo eres, en fin, es una comedia en la que todo funciona a la perfección, con una precisión milimétrica. La última obra de los creadores de Burundanga no es un reclamo más, es una garantía de diversión, porque Jordi Galcerán y Gabriel Olivares lo han vuelto a hacer. En el Lara hasta el 5 de enero (de momento).
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