Intemperie

Intemperie. Título directo y preciso para una novela que guarda en sus páginas esas dos cualidades. Primera obra de Jesús Carrasco, con la que el autor ha cosechado un gran éxito, logrando que su novela sea traducida a 13 idiomas y alzándose con el galardón al mejor libro del año para los libreros de Madrid. "Una voz nueva en el panorama literario español, que es a la vez clásica y moderna; una voz que, con un lenguaje intenso y poderoso, se inscribe en la mejor tradición narrativa de nuestro idioma", destaca el jurado de este premio. Suscribo totalmente esas palabras. 

La obra narra una historia dura, la de un muchacho de pueblo que se escapa de casa y busca huir de las pesadillas de su vida diaria, de los abusos y la violencia, en el campo, a la intemperie. El autor cuenta la historia con una precisión exquisita, con pulso de cirujano relata los sentimientos del chaval, su huida, el miedo, la desesperación... Es un libro donde hay pocos diálogos. Ya digo, una obra directa y precisa. Con formidables descripciones y con un lenguaje directo, claro, pero a la vez lleno de talento y muy rico. La crudeza de la historia se ve reforzada por la dureza extrema del campo, con la sequía y esas llanuras interminables que nos dibuja el autor. Realismo y calidad en el relato. 

Esta novela consigue como pocas trasladar al lector al espacio, en este casi sin nombre ni ubicación concreta, donde transcurre la acción. Nos traslada al campo donde el joven busca huir de la violencia y la sinrazón de su vida infantil. Y también logra transmitir a la perfección una sensación de desasosiego, de intranquilidad, de tensión, que es la que vive el protagonista de la obra y que el lector también siente desde el comienzo. Qué comienzo. Un pasaje de enorme calidad narativa en las que se nos muestra al chico escondido bajo tierra oyendo a los hombres del pueblo que le buscan. 

Tiene Intemperie ecos de la obra La carretera, de Cormac McCarthy, Premio Pulitzer. En ese caso, también asistimos a un escenario desolador (post apocalíptico, en concreto) donde un padre y un hijo supervivientes de una catástrofe nunca relatada con detalle en el libro deambulan por los restos del país sin encontrarse a un alma y buscando alimento para seguir con vida. Esa gran obra también presenta diálogos escuetos, amplias y precisas descripciones y esa sensación desconcertante, hasta cierto punto incómoda, que se transmite al lector. Buena literatura. Más allá de esos paralelismos Intemperie cuenta con particularidades. Según va avanzando la obra el lector comprende de qué huye el chico y conoce al pastor que le adopta como lazarillo. Una relación particular la que se establece entre ambos personajes, hilo de la novela, junto a una reflexión de fondo sobre la violencia del ser humano, el afán de supervivencia, la crueldad y la amistad. 

Volviendo al inicio de este artículo. Jesús Carrasco convence con su primera novela, así que habrá que seguir de cerca los próximos pasos en el mundo literario de este redactor publicitario extremeño afincado en Sevilla. Intemperie es sin duda la mejor carta de presentación.  

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