Al menos 233 muertos en una discoteca en Brasil

Es tal la magnitud de la tragedia que cuesta mucho imaginar algo tan terrible como lo ocurrió ayer en una discoteca en Brasil. Al parecer, el uso de artefactos pirotécnicos el interior de la discoteca Kiss, de la ciudad de Santa María, provocó la muerte de al menos 233 personas y dejó 48 heridos. Un drama que ha conmocionado al país sudamericano y a todo el mundo. Lamentablemente, no es ésta la primera desgracia que sucede en lugares cerrados donde cientos de jóvenes acuden a divertirse. A todos nos vienen a la cabeza situaciones anteriores, una muy reciente aquí en Madrid, con resultado fatal. La combinación de factores, además, suele ser similar en todas estas tragedias.

Eran las dos y media de la madrugada, hora local, cuando se declaró el incendio tras saltas las chispas de un equipo de fuegos pirotécnicos que iban a hacer un espectáculo en el interior del recinto. Según explicaron las autoridades locales, el uso de artefactos pirotécnicos en el interior de la discoteca provocó un incendio que llenó toda la sala enseguida de un humo muy tóxico. En tres minutos, toda la discoteca estaba invadida por el humo. Difícil salir de la sala, que se convirtió en una ratonera. La investigación está abierta, pero todo hace indicar que se cometieron negligencias importantes en las medidas de seguridad del local. En primer lugar, la discoteca carecía de licencia, ya que la había perdido en el mes de agosto y no estaba renovada. Por otro lado, en la discoteca había el doble de personas que el aforo permitido, según testigos. Además, los vigilantes de la discoteca bloquearon las salidas al pensar que los jóvenes se querían marchar sin pagar. Se produjeron así avalanchas de personas que aumentaron la tragedia e impidieron la evacuación del local.

La mayoría de los 233 fallecidos murió por asfixia, por la inhalación del humo tóxico, y muy pocos por quemaduras. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que asistía a la cumbre Celac-Unión Europea en Santiago de Chile, regresó de inmediato a su país. Visitó a los heridos en el hospital y compareció visiblemente emocionada ante la prensa para anunciar que en aquel momento quería estar con sus conciudadanos y que pondrán todos los medios a su alcance para ayudar a los afectados y esclarecer lo ocurrido. La investigación habrá de determinar las responsabilidades de esta tragedia, pero de entrada ya se aprecian irregularidades: ausencia de licencia, aforo superado, uso de bengalas y cierre de puertas en el momento del incendio. 233 jóvenes muertos por el afán desmedido por ganar dinero a cualquier precio, aunque sea ahorrando de seguridad, de unos empresarios sin escrúpulos. 

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