El colchón familiar

El Plan Prepara, la ayuda de 400 euros a los parados que han perdido toda prestación, ha sido uno de los asuntos políticos de este mes de agosto en el que los guardines de turno de cada partido han hablado del tema en cada intervención. Hasta Rubalcaba ha inaugurado una nueva modalidad de oposición veraniega consistente en tuitear desde la playa sus reticencias sobre las intenciones del gobierno en este plan. El 15 de agosto se agotaba esta ayuda y, mostrando una notable falta de sensibilidad, el gobierno apuró hasta las últimas horas para anunciar que prorrogaría la ayuda. Lo dijo Rajoy en su despacho en Palma con el Rey.
 
Después vino el ya clásico proceso de medias verdades, de ambigüedades, de frases sin terminar, de dudas, etcétera, que precede siempre a una decisión del gobierno. "Mejoraremos el plan", dijeron primero. "La ayuda subirá hasta los 450 para las personas con más cargas familiares", siguieron luego. "Se eliminará para aquellas personas con un colchón familiar que las sostenga", se filtró después. Total, que poco a poco fuimos construyendo el collage de este nuevo Plan Prepara. A trozos, una pieza de aquí, otra de allí. Fue Fátima Báñez, ministra de Empleo, quien ayer anunció cómo queda definitivamente el Plan Prepara (si el BOE no incluye alguna sorpresita no anunciada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que no sería la primera vez).
 
Se endurecen las condiciones para acceder a esta ayuda y muchas personas que ahora sí la están cobrando quedarán sin poder hacerlo porque tienen el lujo de contar con padres o abuelos con ingresos. Tal cual. La reforma que ha incluido el gobierno en este plan es bastante confusa y un galimatías considerable. Así que voy a intentar explicar en qué consisten los cambios antes de analizarlos. La ayuda sube de 400 a 452 euros para aquellas personas que hayan agotado las prestaciones y tengan dos o más miembros de su familia a su cargo.
 
La parte positiva para esas personas tiene una constraprestación para otras. A mismo presupuesto y subida de la ayuda, está claro que se reducirá el número de personas con derecho a acogerse a ella. A partir de ahora sólo se podrán acoger los parados de larga duración, es decir, aquellos que lleven en paro 12 de los últimso 18 meses. La gran novedad, no obstante, es la referida a "la renta del núcleo familiar que convive con el solicitante". Hasta ahora los parados sin prestación podían acogerse al Plan Prepara acreditando que su renta propia o per cápita familiar era inferior al 75% del salario mínimo interprofesional (481 euros). Para calcular esa renta se tenía en cuenta a la persona solicitante, a su pareja y a sus descendientes. Ahora, entran a jugar un papel clave en este Plan los ascendientes. Es decir, que las personas que vivan con sus padres dejarán de recibir esta ayuda si la renta per cápita familiar es superior a 481 euros.
 
Se contará, pues, a los abuelos cuando sean los padres de familia quienes soliciten la ayuda si en la misma casa viven los abuelos y los nietos, no en el caso de que la persona que solicite la ayuda sea un nieto. Es algo confuso, pero si les parece confusa la redacción de este artículo, vean la intervención de ayer de la ministra explicando casos prácticos. En resumen, a partir de ahora se contará también a los ascendientes. Por lo tanto, el colchón familiar que ya lleva mucho tiempo sosteniendo a muchas familias pasa a ser ahora un factor a tener en cuenta en la concesión de la mísera ayuda de 400 euros para aquellos en una situación muy delicada sin ingresos por ninguna vía. Es como decirle a la gente, oiga, no me quiera usted timar, que tiene en casa a un pensionista cobrando 600 euros al mes y me viene usted a pedir 400 del Plan Prepara. Qué abuso.
 
Ayer se expuso esta medida con criterior técnicos, muy fríos, pero creo que precisamente este plan afecta a dramas personales muy reales, con caras, nombres y apellidos. Estima el gobierno que 481 euros por persona en un núcleo familiar es suficiente para sobrevivir y hacer frente a los gastos mensuales y considera que esta reforma del Plan Prepara será más justa. Será cuestión de verlo con el tiempo, pero de entrada no lo parece. Insisto, es importante destacar que hablamos de personas en una situación económica casi desesperada y que manejamos cantidades muy pequeñas, lo mínimo para subsistir mínimamente.
 
Pero si de criterior técnicos hablamos, diremos que desde su creación el Plan Prepara ha costado 1.120 millones de euros. Para el rescate a la banca pedimos hasta 100.000 millones de euros. Y hay muchas más comparaciones sangrantes por ahí. Endurecer las condiciones para el Plan Prepara, que se ha convertido en una ayuda de último recurso para personas que lo están pasando realmente mal con la crisis, no parece estar justificado desde el punto de vista de contención del gasto público, a tenor de las cifras. Y desde el punto de vista de social es una obligación elemental del Estado ayudar a las personas más vulnerables y no dejarles de lado.


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