Cambios en la UE

Regresamos a la actualización del blog tras unos días agradables de descanso en Cádiz, ciudad que al fin conocí y me encantó. Vamos con la actualidad. Ayer, para variar, no fue un lunes malo para la economía y en los mercados no predominó el color rojo, sino el verde. A la Bolsa española le sentó bien que se abra camino en la Unión Europea la idea de que los bancos puedan acceder al fondo de rescate europeo de forma directa sin mediación de los Estados. La prima de riesgo también se relajó y hoy, en la apertura de los mercados, parece que continúa esa tendencia: la Bolsa abre al alza y la prima de riesgo baja poco a poco, aunque sigue en niveles altos (517 puntos básicos). No sé si será un espejismo, pero bienvenido sea que esta semana no empiece con la misma insoportable tensión que caracterizó a la pasada.

Se sigue hablando de un cambio de rumbo en la Unión Europea y estos días se debate mucho sobre una mayor integración de los países miembros de la UE para alcanzar la unidad bancaria. Ayer se reunieron Durao Barroso y Angela Merkel para hablar sobre esos cambios que se avecinan en Europa. La Comisión Europea quiere una reestructuración de la UE que giraría en torno a cuatro ejes: reformas estructurales, unión del sistema financiero, unió fiscal y unión política. Alemania está dispuesta a debtir sobre éstas y otras cuestiones, pero a medio plazo y no con carácter de urgencia o con la misma rapidez con la que parecen desear hacer estos cambios en Bruselas. Lo cierto es que definitivamente algo se está moviendo en Europa y, sinceramente, creo que eso es una buena noticia. De entrada supone abrir un necesario debate sobre el proyecto de la UE que, sin duda, no pasa por sus mejores momentos.

Declaró hace uno días Luis De Guindos, ministro de Economía español, que este mes de junio será decisivo para la UE. Aunque es cierto que llevamos oyendo esto muchos meses en los que cada cumbre parecía clave para la UE y en cada una se jugaba su futuro, no hay duda de que este mes será fundamental para el futuro de la Unión. Por varios motivos. La situación de las deudas soberanas de algunos países de la UE no es sostenible a largo plazo, se abren de par en par debates de fondo sobre el proyecto comunitario, ya no existe esa casi total ausencia de voces disonantes con la postura de Alemania y, además, el mes de junio presenta en el calendario citas señaladas que serán claves para el futuro de Europa. El 10 y el 17 de junio se celebran elecciones legislativas en Francia, el 17 se celebrarán las nuevas elecciones griegas, el 24 comienza la minicumbre que reunirá en Roma a Monti, Hollande, Merkel y Rajoy para hablar sobre la crisis de la zona euro y los días 28 y 29 de junio se celebra en Bruselas la cumbre de la Unión Europea más esperada de los últimos tiempos.

Por lo tanto este mes de junio es clave y será vital para el futuro de la UE. De momento, de lo que se habló ayer fue de la inyección directa de fondos en los bancos europeos. El comisario de Asuntos Económicos Olli Rhen defendió ayer en público esta propuesta que haría que las entidades financieras pudieran recurrir a fondos europeos sin necesidad de que los Estados pidan el rescate e intervengan en ese proceso como sucede en estos momentos, lo que estigmatiza al país que solicita el rescate. Esas declaraciones sentaron muy bien en los mercados y dispararon la Bolsa, que se dio una alegría tras varios días muy duros, y relajó la prima de riesgo. Durao Barroso también defiende esa propuesta y apuesta por la unión bancaria. Ayer lo debatió con Angela Merkel. La canciller alemana sí parece dispuesta a debatir cambios, pero a un ritmo algo más lento del que proponen desde Bruselas. Ella defiende la creación de un organismo se supervisión bancaria europeo "a medio plazo". La canciller es partidaria además de avanzar en la integración económica con la creación de un ministro de finanzas europeo y la cesión de competencias al Parlamento, la Comisión y el Tribunal de Justicia.

En definitiva, se habla mucho estos días de avanzar en la integración de la Unión Europea, lo que en teoría supondría un mayor compromiso de los Estados miembros con el proyecto común y una garantía de solidaridad entre los países a cambio de ceder más soberanía a las autoridades comunitarias. Parece evidente que la UE es un proceso hacia una mayor integración y el deseo de algunos es que se logre una especie de Estados Unidos de Europa, una unión federal de Estados en el continente con instituciones europeas que sean elegidas por todos los ciudadanos de la UE y representan al conjunto de la Unión. No sé si verán nuestros ojos esa unión mayor en el seno de la UE con unas instituciones comunes que tengan muchos más poderes que en el presente y con una auténtica unión política. De momento, Europa vuelve a vivir un momento de debate profundo sobre su propia esencia, sobre su futuro y sobre el camino que debe recorrer el proyecto común.

Este debate de fondo llega sin embargo en un momento en el que no sobra precisamente el tiempo. Es por ello que conviven las propuestas a medio-largo plazo sobre cambios en la composición de la UE con las urgencias que actualmente tiene que hacer frente la Unión y que no pueden esperar. Algunas de las propuestas de las que se hablan estos días son más a largo plazo, como es el caso de la tasa a las transacciones financieras, pero ahora se necesitan solucionar casi inmediatas para hacer frente a la crisis de la zona euro y especialmente a la situación crítica de algunos países en apuros como España. Para valorar las propuestas concretas habrá que esperar algo más a conocer cómo se concretarían, pero parece una buena señal que algo se mueva en Europa y que todos los líderes, incluida la canciller alemana, estén dispuestos a negociar cambios en la política económica e incluso en la propia composición y estructura de la Unión Europea.


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