Panorama tras la huelga general

Tan claro como que los sindicatos iban a decir que la jornada de huelga de ayer fue un éxito era que el gobierno y algunos medios iban a concluir que había sido un fracaso. Dejando a un lado la guerra de cifras y todas estas sandeces, lo cierto es que hay muchas formas de entender qué es un éxito o un fracaso. Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, dijo que la huelga no se puede entender como un éxito, porque no conseguirá su objetivo: modificar la reforma laboral. Es muy probable que así sea. Yo, aunque estuve ayer en las calles de Madrid protestando contra esta reforma injusta que quita derechos a los trabajadores, también creo que es casi imposible que el gobierno cambie algo sustancial de la misma. Pero es todo lo que podíamos hacer. Digo que cada cual tiene una idea de lo que es un éxito. ¿Lo es paralizar el país? En ese caso, la huelga de ayer fue un fracaso. ¿Lo es mostrar un amplísimo rechazo ciudadano a la reforma? Si es así, está mucho más próxima al éxito de lo que algunos están dispuestos a aceptar.

La huelga tuvo una gran incidencia en el sector industrial, mientras que en transportes se cumplieron los servicios mínimos (lógico, pues estaban pactados en muchas comunidades) y en el resto de sectores el seguimiento fue muy desigual. El dato del consumo eléctrico fue el caballo de batalla de ayer, hasta el punto de que purulaban por Twitter fotos de farolas encendidas a plena luz del día en las calles de alguna ciudad. En todo caso, hemos de quedarnos con el fondo de la cuestión. El fondo es que ayer sí hubo un rechazo claro y numeroso de la sociedad a la reforma laboral. El gobierno es libre de engañarse todo lo que quiera. De hecho, lo tendrá muy fácil si selecciona bien los periódicos que lee hoy. Pero debería tomar nota de lo ocurrido ayer. Ni éxito, ni fracaso, ni palabras altisonantes. Sencillamente ayer quedó claro que muchos ciudadanos estamos en contra de esta reforma. El gobierno tiene una legítima mayoría absoluta en el Congreso y tiene todo el derecho del mundo a seguir adelante con sus reformas, pero haría bien en escuchar a la calle. ¿Pretende el gobierno que los españoles traguemos con todo? ¿Considera que un abaratamiento del despido y una pérdida notable de los derechos laborales no va tener ningún tipo de coste? ¿No creen que deberían dialogar y negociar?

Ayer se registraron algunos actos violentos puntuales. No fue una jornada violenta ni España fue Grecia por mucho que algunos se empeñen en vender esa imagen falsa de la jornada de huelga de ayer. Cada incidente violento de ayer, todos ellos, es condenable y debe ser rechazado por los sindicatos y todos los asistentes a las manifestaciones de ayer. Lo que yo vi en la manifestación de Madrid fue una marcha totalmente pacífica. Es cierto que hubo actos violentos en Barcelona, provocados por un grupo reducido de antisistemas, y también otros incidentes puntuales en distintos lugares del país. Ayer lo escribí y hoy me reafirmo en lo dicho: los sindicatos deben plantearse la función y el sentido de los piquetes. Desde mi punto de vista, no tienen mucho sentido y, desde luego, no es aceptable que ejerzan ningún tipo de presión o coacción a trabajadores que decidan no secundar la huelga. Las escenas de comercios bajando y subiendo el cierre al paso de los piquetes no son tolerables. La asignatura del respeto y la libertad sigue estando pendiente para algunos.

El gobierno ayer no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo con los sindicatos. Ni lo va a hacer. La ministra Fátima Báñez dijo que estaba dispuesta a negociar hasta la extenuación, pero no las partes troncales de la reforma. Entonces, ¿qué quiere dialogar? ¿Si va a llover en Semana Santa? ¿Si España va a ganar la Eurocopa? Insisto en que la postura del gobierno es perfectamente entendible. Creo que debería escuchar a la ciudadanía y no hacer oídos sordos al descontento creciente con sus medidas, pero este gobierno tiene un amplio respaldo en las urnas, fruto del cual goza de una mayoría absoluta en el Congreso. El ejecutivo entiende que recibió un mandato de los españoles y que tiene total legitimidad para aplicar sus reformas y sus medidas. Y así es. Lo de que Rajoy no llega al verano, que se escuchaba ayer en las manifestaciones, no va más allá del cántico ingenioso de la marcha. Pero ese cántico tiene el mismo sentido que pensar que porque el PP no haya ganado por mayoría absoluta en Andalucía está en picado: muy poquito, por no decir ninguno. Estoy en contra de esta reforma y de la política de recortes, y creo que el gobierno debe escuchar a los ciudadanos, pero nadie puede negar su legitimidad para tomar las medidas que considera oportunas y nadie puede obviar que hace cuatro meses arrasó en las elecciones generales.

Los sindicatos han pedido al gobierno negociar la reforma laboral para modificarla sustancialmente, pero sabemos que eso no ocurrirá. Ayer en sus discursos, alguno excesivamente encendido, los líderes sindicales anunciaron más protestas y, si es necesario, más huelgas, para intentar echar atrás esta reforma. ¿Cómo salen los sindicatos de este 29-M? Lamentándolo mucho por algún que otro fanático que se hace llamar periodista, no salen debilitados ni cuestionados. Creo que UGT y CC.OO pueden estar razonablemente contentos con la respuesta de los trabajadores ayer a la huelga general. Ahora ellos deben seguir ejerciendo su papel en defensa de los intereses de los trabajadores. Se dice por ahí que el único motivo por el que los sindicatos se manifiestan contra esta reforma es porque pierden el chollo de los cursos de formación. Hombre, no creo que eso les haga gracia, pero tampoco considero entendible que se reduzca su oposición a esta reforma a ese detalle. Hay muchos motivos para protestar contra esta reforma. Lo que a algunos les sigue sin entrar en la cabeza es que los miles de ciudadanos que ayer salieron a la calle no son títeres de los sindicatos. Aunque no se lo crean, muchos decidimos ir a la manifestación libremente porque queríamos mostrar nuestro rechazo a esta injusta reforma laboral. Y hoy, viernes de Dolores, el gobierno aprobará los presupuestos generales del Estado. Tiene pinta que el día será, efectivamente, de dolores. Veremos.

Esta tarde, economía en Ritmo Informativo. A las 18 horas en Radio Ritmo Getafe. Te espero.

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