Castilla La Mancha, centro de la polémica

Antes de las elecciones esta Comunidad Autónoma se señalaba como una de las claves en la cita con las urnas del pasado 22 de mayo. El PSOE llevaba mucho tiempo gobernando en este feudo tradicional socialista y era lógico que el PP centrara gran parte de sus esfuerzos en llegar al poder en Castilla La Mancha, y que el PSOE hiciera también todo lo posible por conservar esta Comunidad. Pues bien, las elecciones depararon un cambio de ciclo y dieron al PP la opción de gobernar, por lo que la nueva presidenta de Castilla La Mancha será María Dolores De Cospedal, secretaria general del PP nacional. Hasta ahí, todo normal y nada que se escape de la lógica de unas elecciones en las que unos ganan y otros pierden. Pero desde ese momento hasta hoy, pocos rasgos de normalidad se están viendo en el traspado de poderes en esta Comunidad Autónoma. La bomba saltó cuando dirigentes del PP castellanomanchego dijeron que la Comunidad estaba en quiebra, es decir, que la situación económica de Castilla La Mancha era nefasta. La reacción socialista fue la de acusar a los populares de mentir y decidir cortar por lo sano y parar las reuinones que se suelen tener en los casos de traspaso de poder entre dos partidos. La polémica está servida.

Hay varias cuestiones de interés en relación con esta noticia. Una de ellas es una obviedad: la deuda de las Comunidades Autónomas es un verdadero quebradero de cabeza para España. No hace falta decir que el hecho de que la situación económica en una Comunidad sea mala afecta de forma directa a la credibilidad de la economía española, a su solvencia y a la promesa del gobierno de reducir el déficit. Otra cuestión relacionada con esta noticia es la propia situación que existe en Castilla La Mancha. Por último, está la actitud irresponsable de los políticos en este traspaso de poderes y la pobre imagen que unos y otros están dando. Siempre se dice que el traspaso de poderes cuando una institución pública cambia de manos debe ser ejemplar, pero en este caso sólo está siendo un ejemplo de lo que no hay que hacer nunca. Las Comunidades Autónomas prestan importantes servicios, de eso no hay duda, pero la viabilidad presupuestaria de éstas sí está algo más en tela de juicio. No hablo, por supuesto, de que dejen de existir y se camine hacia un Estado centralizado en la que el gobierno central tenga todas las competencias que hoy tienen las Comunidades, no sería algo posible en España hoy en día y tampoco tengo claro que fuera algo positivo.

Lo que sí considero es que si el Estado central está haciendo esfuerzos enormes por reducir el déficit y por cumplir los compromisos con la Unión Europea, si se está intentando que la credibilidad y la solvencia de la economía española repunte y que los inversores confíen en nosotros, todos debemos remar en la misma dirección. Por eso creo que las Comunidades Autónomas no pueden hacer como que no va la cosa con ellas. Si queremos austeridad en el gobierno central y en la Administración del Estado, lo mismo se debe reclamar en todas las Comunidades Autónomas. El caso concreto de Castilla La Mancha es el que sale ahora a relucir y ocupa el centro del debate y de la bronca política, pero hoy mismo la agencia de calificación Moody´s dice que las cuentas de Cataluña son un desafío al gobierno, al tiempo que propone que el gobierno central fije un techo de gastos para todas las Comunidades Autónomas. Parece un hecho que las administraciones regionales deben tirar también del carro y no poner piedras en las ruedas. Y en este caso son todos los partidos los que tienen algo que hacer y que decir, ya que ni PP ni PSOE pueden presumir de que en sus Comunidades Autónomas hay menos deuda que en las del otro partido.

Ayer Mariano Rajoy habló de lealtad y de trabajar todos juntos para reducir el décifit de las Comunidades Autónomas. Los principales partidos, aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar en las distintas instituciones públicas, deben buscar un acuerdo para cumplir con los compromisos de España con la UE, ya que interesa a todos que así sea. Si no se quiere que se ponga en duda el sistema autonómico español, se debe cambiar la política económica y se deben reducir gastos superfluos en las Comunidades Autónomas. Vamos a vivir una situación política en la que el PSOE estará, al menos diez meses más si se cumple lo planeado por Zapatero, en el gobierno central, y el PP gobernará en gran parte de las Comunidades Autónomas. Esto llevará a que la responsabilidad de reducir el déficit y de cambiar las cosas en lo económico será más compartida que nunca. El PP puede seguir mirando sólo al gobierno central, pero lo cierto es que esta formación política tendrá mucho que hacer en todas las Comunidades Autónomas en las que va a gobernar cuando se constituyan los Parlamentos y los gobiernos regionales. La colaboración entre instituciones debe ser total para intentar, como digo, empujar todos hacia un mismo objetivo común.

En Castilla La Mancha se ve, no obstante, que eso de la lealtad y la colaboración entre los dos grandes partidos es un cuento. La actitud del PP es del todo irresponsable, y tampoco se quedan atrás las palabras de Marcelino Iglesias al decir que el comportamiento de los populares está cerca del gamberrismo político. Vamos, que unos y otros se tiran los trastos a la cabeza. Por partes, lo que está haciendo el PP en Castilla La Mancha es muy poco responsable. No se puede entrar en una Comunidad Autónoma y decir que los que estuvieron antes que tú han dejado la Comunidad en la quiebra, es decir, que han mentido sobre las cuentas de esta Comunidad. Además, para terminar de enredar el asunto, el PP asegura que hay pruebas de que se han destruido documentos económicos en sedes del gobierno de Castilla La Mancha. Es muy grave todo lo que el PP está diciendo. Ya hay quien piensa que es su forma de justificar los grandes recortes que van a llevar a cabo cuando comiencen a gobernar en la región. Desde este punto de vista, el PP dirá que lo le queda otra que recortat y recortar ante la terrible situación económica que ha dejado el PSOE. Pero, a pesar de que puede que ésta sea su intención, creo que es muy poco inteligente afirmar que la Comunidad está en quiebra. ¿No han pensado la imagen que se dan ante los inversores? ¿No han parado a pensar en que son ellos los que, desde el gobierno, se van a ver más afectados por esta polémica?

Ahora bien, si el PP afirma esto puede incluso que haya algo de cierto en lo que dice. Quiero decir que habrá que conocer al detalle las cuentas de Castilla La Mancha y la situación real de su economía. En este sentido, el PSOE recuerda que las cuentas de todas las Comunidades Autónomas son públicas. Lo que han hecho los socialistas de esta Comunidad es anular las reuniones previas al traspaso de poderes, aunque hoy habrá una entre los números 2 de cada partido que estaba prevista antes de todo este jaleo de las cuentas. El PSOE ha dicho que la actitud del PP es muy irresponsable y que mieten cuando afirman que Castilla La Mancha está en quiebra. Desde luego, está claro que en esta historia alguien no dice toda la verdad, alguien está mintiendo. O es el PP, lo cual sería una forma bastante poco acertada de comenzar a gobernar en Castilla La Mancha, poniendo el ventilador a echar basura sobre sus antecesores en el gobierno, o es el PSOE, lo cual demostraría que la gestión económica de este partido ha sido lamentable y nefasta para esta Comunidad. Puede también que nos quedemos en una situación intermedia, es decir, que en Castilla La Mancha anden mal en cuestiones de dinero, como en todas las Comunidades de España, pero que no haya tal quiebra.

Lo cierto es que, tenga quien tenga la razón, tanto unos como otros deberían haber actuado pensando más en Castilla La Mancha y menos en sus intereses partidistas. Lo ideal sería que los dos partidos, uno desde la responsabilidad del gobierno y otro desde la oposición, se pusieran a trabajar por su Comunidad, que es lo que piden los ciudadanos. No creo que los castellanomanchegos quieran seguir estando en las primeras páginas de los diarios y en las portadas de los informativos a costa de ser el centro de la polémica nacional y estar en boca de todos porque supuestamente están en quiebra. Los que salen, deberían salir de otro modo, y los que entran en el gobienro deberían hacer algo más y mejor que enfangarlo todo antes de asumir la responsabilidad que le han encomendado los ciudadanos. Hay otra forma de hacer política, pero debe de ser que unos y otros la desconocen. Deberían ponerse a trabajar desde ya y dejar a un lado los rifirrafes con el otro partido. Castilla La Mancha merece otra cosa, merece que PP y PSOE dejen de pelearse por las cuentas y empiecen a trabajar para mejorarlo todo.

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