Retomo la redacción de las entradas del blog tras cuatro días fantásticos en una gran ciudad: Barcelona. Y lo hago para hablar de la noticia, en forma de entrevista, que más me ha llamado la atención de todos estos días que he estado fuera y que he escrito las entradas con antelación. Ayer el diario El País publicó una entrevista con el ex presidente del gobierno Felipe González en las que éste hacía unas declaraciones difícilmente previsibles sobre la lucha contra el terrorismo. González habló de varias cuestiones con Juan José Millás quien, muy probablemente, es el autor de la entrevista más importante en España en mucho tiempo por lo que se desvela en ella y por la importancia de todo lo que se cuenta en ella. El protagonsita de la misma suele dar juego, pero insisto que no era esperable por parte de los lectores con encontrarse con estas declaraciones del ex presidente del gobierno.
Cuando González gobernaba yo era muy pequeño, demasiado como para poder hablar con propiedad de su labor de gobierno. Sí conozco los detalles más importantes de su gestión, y también que muchas personas le consideran el político de mayor talla que ha tenido España desde el regreso de la democracia tras el gris paréntesis de la dictadura franquista. Un gran político de mucho carisma y que atraía a los votantes con un magnestismo que hoy en día se ve poco en la clase política española. Felipe González salió del gobierno por la puerta de atrás debido al caso de los GAL. Ahora el ex presidente se descuelga con unas declaraciones muy jugosas en las que afirma que pudo volar, con estas palabras, a la cúpula de ETA y que decidió no hacerlo. González ha declarado que le ha dado vueltas a ello muchas veces y que le torturaba pensar en la cantidad de vidas de personas inocentes que podría haber salvado esa acción que hubiera acarrerado unas consecuencias difífiles de calibrar con la distancia.
Cuando González gobernaba yo era muy pequeño, demasiado como para poder hablar con propiedad de su labor de gobierno. Sí conozco los detalles más importantes de su gestión, y también que muchas personas le consideran el político de mayor talla que ha tenido España desde el regreso de la democracia tras el gris paréntesis de la dictadura franquista. Un gran político de mucho carisma y que atraía a los votantes con un magnestismo que hoy en día se ve poco en la clase política española. Felipe González salió del gobierno por la puerta de atrás debido al caso de los GAL. Ahora el ex presidente se descuelga con unas declaraciones muy jugosas en las que afirma que pudo volar, con estas palabras, a la cúpula de ETA y que decidió no hacerlo. González ha declarado que le ha dado vueltas a ello muchas veces y que le torturaba pensar en la cantidad de vidas de personas inocentes que podría haber salvado esa acción que hubiera acarrerado unas consecuencias difífiles de calibrar con la distancia.
Se trata de una entrevista muy profunda de la que sale este titular que hace pasar a un segundo plano al resto de declaraciones de Felipe González. Hay dos dichos que me vienen a la memoria cuando leo esta entrevista. El primero es que hay gente que vale más por lo que calla que por lo que habla. El segundo, que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Sobre el primer dicho, parece claro que en torno a muchos asuntos que son secreto de Estado como la lucha contra el terrorismo, una persona que ha estado muchos años al frente del gobierno de España, sabrá más por lo que calla ( o callaba) que por lo que habla. En relación al segundo refrán, uno de mis preferidos, es evidente que en el momento en que uno habla rompiendo lo que hasta entonces era un secreto (y en este caso de qué magnitud) pasa de ser dueño de sus silencios a esclavo de sus palabras.
Otra de las reflexiones que tuve nada más saber de las revelaciones de esta entrevista, fue que hay ciertas cosas que uno debe llevarse consigo a la tumba. Las menos, claro está, tratándose de un político que debe informar de sus actividades con la máxima transparencia posible, pero si hay cosas que uno debería callar para siempre. Desconozco el motivo por el que Felipe González ha salido ahora a hacer estas declaraciones, lo que sí tengo claro es que traerán mucha cola. ¿Ha hecho bien el ex presidente al hacer pública esta situación que desconocíamos el resto de españoles hasta ahora? Yo creo que no. Desde luego creo que todas las cuestiones de esta índole deberían quedar en secreto. Otra cosa es que como ciudadano sí valore que esta información es una noticia de esas que suceden solo muy de vez en cuando. No es usual que una persona que ha ocupado puestos de responsabilidad cuente secretos que hasta ese momento estaban muy buen guardados.
Otra de las reflexiones que tuve nada más saber de las revelaciones de esta entrevista, fue que hay ciertas cosas que uno debe llevarse consigo a la tumba. Las menos, claro está, tratándose de un político que debe informar de sus actividades con la máxima transparencia posible, pero si hay cosas que uno debería callar para siempre. Desconozco el motivo por el que Felipe González ha salido ahora a hacer estas declaraciones, lo que sí tengo claro es que traerán mucha cola. ¿Ha hecho bien el ex presidente al hacer pública esta situación que desconocíamos el resto de españoles hasta ahora? Yo creo que no. Desde luego creo que todas las cuestiones de esta índole deberían quedar en secreto. Otra cosa es que como ciudadano sí valore que esta información es una noticia de esas que suceden solo muy de vez en cuando. No es usual que una persona que ha ocupado puestos de responsabilidad cuente secretos que hasta ese momento estaban muy buen guardados.
No hace falta decir que estas declaraciones de Felipe González al diario El País (enhorabuena a los profesionales de este medio y a Juan José Millás por esta entrevista) han hecho que en ciertos sectores de la sociedad se despierte el fantasma de los GAL. Si el presidente del gobierno de entonces tuvo la posibilidad de acabar con la cúpula de ETA, de quitárselo de en medio, de volarlos a todos juntos, es que el presidente es la X de los GAL, ha venido a decir el Partido Popular. Si González conocía situaciones de guerra sucia contra el terrorismo como esta posibilidad que se presentó de volar a la cúpula etarra, ¿acaso no conocía las operaciones de los GAL? González debe saber muy bien, porque es muy veterano, que se está echando tierra encima con estas palabras. Para mucha gente son una prueba evidente de que él estaba detrás de la guerra sucia del Estado contra los terroristas de ETA.
Las reacciones a las palabras de González no se hicieron esperar, y es lógico que así haya sido pues es un tema muy importante y las palabras son los suficientemente fuertes y claras como para que políticos de todos los partidos hayan hablado de ello. El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, quien comparte con González la capacidad de producir declaraciones polémicas con inusitada facilidad, ha dicho que González fue el mejor presidente de España, "de la A a la X". Lo de la X no sé si tiene que ver con que la Z es la inicial de Zapatero, su actual líder, o para criticar a los que sitúan a González como al X de los GAL. Es el caso de Esteban González Ponso quien ayer dijo precisamente eso, que el ex presidente se había puesto él solo la X del caso GAL. Manue Fraga ha dicho que cuanto menos se hable de este tema, mejor. Algo que será difícil de lograr. El actual presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijó, ha dicho que el ex presidente debe pedir disculpas por sus palabras. El líder de Ciu, Durán i Lleida, por su parte, ha declarado que los GAL son un hecho ya juzgado.
Lo que está claro es que con estas palabras el ex presidente del gobierno reabre un debate y una cuestión que estaba más que zanjada ya en la política española: el tema de los GAL y la lucha sucia contra el terrorismo. Como dije antes no sé cuál es el motivo por el que ahora González habla de este asunto otra vez y cuenta cosas que no había contado antes. El caso es que volveremos a tener declaraciones de líderes políticos hablando sobre este asunto, quizás me equivoque. Por eso considero que, como en tantas otras ocasiones, las palabras de Duran i Lleida son muy acertadas. Ha declarado que González no es el enemigo y que en el asunto del terrorismo el enemigo es ETA. Creo que son unas palabras sensatas y con sentido común. Quizás al ex presidente le ha faltado sentido de la responsabilidad por hacer estas declaraciones. Es honesto que hable con claridad de todo, pero es cuestionable que haga públicas este tipo de situaciones. La polémica está servida. Felipe González sabrá por qué ha dicho esto, por qué ha decidido hacer público justo ahora que tuvo la oportunidad de volar la cúpula de ETA en una reunión en Francia. La unidad en torno a la lucha contra el terrorismo no debería verse alterada por fantasmas del pasado.
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