Amplia victoria de CiU

Ayer Cataluña decidía y optó por dar un voto de castigo a las formaciones del tripartito, en especial al PSC y a ERC, y por aupar a la presidencia del gobierno catalán al líder de CiU, Artur Mas. La de ayer fue una de esas citas electorales en las que no vale en absoluto aquello de que todos los partidos ganan las elecciones. Es habitual que tras unas elecciones la mayoría de los partidos políticos hablen de lo bien que les ha ido. El ganador porque se ha llevado la victoria, y el resto por motivos diversos que rar vez comprendemos los ciudadanos. Pero esta vez no, esta vez hay claros vencedores y claros damnificados por esta cita electoral. En resumen, algunos de los titulares de las elecciones celebradas ayer serían: CiU, ganadora con una diferencia cómoda. El PSC obtiene el peor resultado de su historia y abre así un proceso de reflexión tras este desastre. ERC se hunde y pierde más de la mitad de escaños con los que contaba hasta ahora. ICV es el único partido del anterior gobierno catalán que se salva en parte de la quema con la pérdida de dos escaños. El PP se convierte en la tercera fuerza política de Cataluña con los mejores resultados de su historia. Ciudadanos se mantiene con 3 representantes, y SI, el partido de Laporta, entra con fuerza en el Parlamento con 4 escaños. El resto de partidos políticos que aspiraban a entrar en el Parlamento no logran su objetivo.
La noche dejó por lo tanto un gran vencedor, CiU. Sus 62 escaños le otorgan una situación más bien cómoda para poder gobernar en solitario con pactos puntuales con distintas formaciones políticas según el asunto. Artur Mas logra la victoria y será, esta vez sí, el presidente de Cataluña. En las ocasiones anteriores en las que se presentó a los comicios también ganó las elecciones, pero pactos posteriores (el ahora derrocado tripartito) terminaron por imposibilitar que llegara al poder. En esta ocasión CiU sí ha logrado hacerse con una mayoría amplia que les permitirá gobernar. Artur Mas logra así su objetivo de ser el presidente de Cataluña. Lo hace con un sabor muy dulce tras la victoria de ayer que, unida al hundimiento de las fuerzas que formaron el tripartito, depeja mucho el panorama para CiU. Esta formación ha logrado atraer a los votantes con su discurso de ser un partido serio que abordaría los problemas económicos de Cataluña. No parece haberle afectado los casos de corrupción que les han salpicado en fechas no muy lejanas.
CiU estuvo muchos años gobernando Cataluña y por regla general ha sido el partido más votado en las elecciones autonómicas en las distintas citas electorales que ha habido en esta comunidad en la historia de la democracia reciente. Jordi Pujol, el histórico líder de CiU, fue presidente durante todos esos años en los que esta formación asumió la responsabilidad de gobierno. ¿En qué se parece esta CiU y la CiU de Mas? Quizás en poco. Pero hay algo que no cambia, la gran capacidad de influencia que este partido tiene a nivel de España. Luego hablaré de la lectura estatal de estas elecciones, pero por lo pronto CiU parece estar decidio a no hacer pactos estables de gobierno hasta saber a quién tiene que apoyar en España tras la cita electoral de 2012. Y será entonces cuando ponga sobre la mesa la condición del concierto económico. Los catalanes con el voto de ayer esperan que CiU gobierne de un modo distinto al que han llevado a cabo su acción de gobierno las formaciones del tripartito.
ERC y PSC son los grandes perdedores de estas elecciones. El PSC pasa a tene 28 diputados, nueve menos que hace cuatro años. Esto supone el peor resultado de su historia. Es de esas derrotas que suelen hacer cambiar muchas cosas y que abren una crisis interna de considerables dimensiones. Montilla, que en los últimos días de campaña parecía buscar una operación de maquillaje para que la derrota no fuera tan abultada más que intentar aspirar a volver a gobernar, ya ha dicho que se va y que en próximo congreso de los socialistas catalanes no se presentará a la reelección como secretario general. La cuestión es que se va antes de que le echen, pues un resultado así no deja mucho margen de maniobra. La derrota del PSC es la derrota de un modelo de actuar que los electores tradicionales de esta formación entienden que están muy lejos de los principios socialistas. Al PSC le ha matado su giro hacia posturas nacionalistas e identitarias, y el desgaste por gobernar. Por gobernar mal, se entiende.
El Partido de los Socialistas Catalanes pasará ahora irremediablemente por un proceso de reflexión y análisis de estos pobres resultados electorales. Tendrán que debatir sobre lo que se ha hecho mal, tan mal como para que los ciudadanos den la espalda de este modo tan claro y con una participación mayor que en la última cita con la urnas. El PSC se verá obligado a redifinirse y a pasar, tras estar siete años en el gobierno, por una travesía del desierto. No debe de ser fácil pasar del gobierno a la oposición, pero debe de ser aún mucho más difícil andar este camino con el peso sobre la espalda de una derrota tan abultada en las elecciones. Nunca antes el PSC había estado tan bajo, y esta circunstancia les obligará a redefinir las estrategias y sus posturas en distintas cuestiones.
Por su parte, ERC sale como la gran perdedora de las elecciones de ayer. No lograron mantenerse como la tercera fuerza política en Cataluña. Pero es que además les superó en votos ICV y perdieron más de la mitad de su presencia en el Parlamento. ERC recibe este varapalo por parte de los electres y muchas pueden ser las causas del mismo. Dos parecen claras: el castigo a su acción de gobierno por un lado, y la marcha de votantes independentistas hacia otras siglas como la SI de Laporta. Todo puede suceder, peor ERC parece haber perdido la llave, esa llave con la que abría y cerraba las puertas a un gobierno d euno u otro partido. Puigcercós ha culpado de esta derrota a la divisón interna en el partido. Quizás sea la postura más cómoda, pues no se hace casi autocrítica. No es que nuestras propuestas no interesen, no es que hayamos perdido muchos apoyos por nuestra mala gestión estos últimos años en el gobierno, es simplemente que hay división interna. Si el PSC tiene que abrir un proceso de reflexión, en ERC deben tomar el mismo camino porque han pasado de 21 a 10 escaños. Un resultado nefasto para un partido que ha sido decisivo en las últimas citas electorales.
ICV, por su parte, salva en parte los muebles al quedarse con 10 escaños y pasar a ser la cuarta fuerza política en votos, por delante de ERC. Joan Herrera, un candidato sensato y con apariencia de moderado, amén de coherente con sus ideas, ha logrado que el descalabro del PCS y de ERC no haya sido tan grande en su formación. Aún así, es un mal resultado para ellos. Ciudadanos se queda con 3 escaños. Había encuestas que le daban hasta seis pero finalmente se conformarán con seguir teniendo presencia en el Parlamento. Un partido que mucha gente ve necesario y que, quizás no con la nota esperada, sí ha logrado pasar este examen. La gran sorpresa la da SI, el partido de Laporta que ha logrado cuatro escaños. Los descontentos con ERC han visto en este partido un buen cobijo para sus ideas independentistas. Más allá de estar en las antípodas de este pensamiento, hay que reconocer el mérito de este partido de entrar con cuatro escaños en el Parlamento catalán con tan sólo cuatro meses de vida.
Y para hablar del PP abro la lectura en clave española. Antes hay que destacar que Alicia Sánchez Camacho ha logrado que este partido obtenga el mejor resultado en Cataluña de toda su historia. Su discurso sobre la inmigración parece haber calado entre los electores, así como parece que los descontentos con el PSC han buscado en el PP el partido más españolista que ya no encontraban en los socialistas. Son meritorios los 18 escaños del PP catalán. Además han conseguido otros dos logros importantes: ser el tercer partido en Cataluña y dejar de lado la mentalidad de que el PP es un partido casi marginal en Cataluña, que es un partido con una presencia testimonial pero que, a la hora de la verdad, no tenía capacidad de influencia. Esto cambia por completo gracias al resultado de las elecciones de ayer. En clave española, parece evidente que si el PSC ha tenido los peores resultados de su historia, y el PP los mejores, la alegría habita en Génova y la preocupación en Ferraz. Sobre todo porque esta cita electoral es la primera de un camino que incluye las autonómicas y municipales de mayo. Y también porque es en Cataluña donde el PSOE suele sacar más diferencia al PP en las generales. El voto de castigo al tripartito es también para los populares un voto de castigo a Zapatero. Cataluña habló ayer en la fiesta de la democracia. CiU gobernará los próximos cuatro años. Comienza el proceso post-elecciones.Con triunfadores y con claros derrotados.

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