Arranca el juicio del Caso Malaya

Solo en un país poco serio, un asunto de la relevancia de la Operación Malaya puede ve reducido su espacio mediático a los programas del corazón. De este modo desde que se destapó la trama de corrupción, la mayor en la historia de nuestro país de las que se tiene noticias a día de hoy, ha estado mucho más presente en la llamada prensa rosa que en la general. En todo caso ahora, dejando al margen este tipo de espacios que pagan un dineral a gente que, supuestamente, se lo ha llevado crudo de las arcas municipales, sí se está atendiendo en todos los medios de comunicación de nuestro país al inicio del juicio por la Operación Malaya.
Los ciudadanos de Marbella, tan inocentes de lo que les han hecho estos años en su Ayuntamiento como responsables de que el GIL llegara al poder en su localidad, se mostraron con toda la razón del mundo indignados con que se asociara la imagen de esta localidad a la corrupción. Está claro que es lógico su cabreo porque si bien fueron, en su mayoría, quienes alzaron al poder a un grupo de corruptos, tampoco se puede decir que en Marbella haya más responsables de lo ocurrido que los inculpados en este macroproceso contra la corrupción. Por lo tanto es cierto que no es justo que se asociara a imagen de Marbella con la del delito y la corrupción. Sus ciudadanos serán en su mayoría gente honrada y trabajadora.
La mayor lacra que tiene dentro de sí misma la democracia es la corrupción, y por eso lo ocurrido en Marbella tras la llegada de Jesús Gil y Gil al poder, es el mayor ejemplo de lo que no se puede tolerar. El urbanismo como medio para hacer dinero con las comisiones por dejar construir donde antes no se podía, por urbanizar allá donde claramente estaba prohibido. Y llevarse el dinero de las arcas municipales. Hacer un odioso abuso de poder, engañar a los ciudadanos, robarles, estafarles. De todo esto están acusadas las personas que se sentaran en el banquillo correspondiente para defenderse de estas graves acusaciones.
Son casi cien personas las que están implicadas en esta trama de corrupción. El juicio ha comenzado con la petición de la abogada del cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, de que este se suspenda por irregularidades en el proceso. Al parecer, según la versión de la defensora de Roca, no había pruebas de delito en el escrito que dio paso a la investigación del juez Torres, y de este modo tendrían que ser anuladas las escuchas telefónicas que se le realizaron a los acusados, en concreto a su defendido. Lo cierto es que quien fuera máximo responsable de Urbanismo en el Ayuntamiento de Marbella en la época del gran espolio, se enfrenta a una petición de 30 años de cárcel y a una multa de 810 millones de euros.
Otros imputados por este caso de corrupción a gran escala son los ex alcaldes de Marbella Julián Muñóz y Marisol Yagüe. Los dos gobernaron en Marbella y los dos están imputados en este proceso. Para el primero se piden diez años de cárcel y para la segunda doce. También está implicada en la Operación Malaya, y tendrá que verse las caras con el juez en este proceso que hoy comienza y que se prolongará varios meses en el tiempo, Isabel García Marcos, en esos tiempos, edil del PSOE en el Ayuntamiento de Marbella, quien también se ha paseado por los platós contado su historia y llevándose el dinero de las cadenas que pagan a supuestos delincuentes para que traten de convercernos de que son hermanitas de la Caridad.
La atención mediática a este proceso está siendo elevada ya que son muchos los medios de comunicación que están cubriendo los primeros pasos del juicio por la mayor trama de corrupción en la historia de España. La detención de rostros populares relacionados con esta trama hacen incrementar aún más el interés de los medios por estas primeras sesiones del juicio en Málaga. El grado de indignación de los ciudadanos de Marbella creció a la vez que surgieron las preguntas. Por ejemplo, y esta aún no se ha respondido. ¿Cómo es posible que estuviera pasando todo esto en Marbella y nadie supiera nada? Ni en la Junta de Andalucía, ni en el gobierno, ni en Marbella. Nadie sabía nada. Y dentro del Ayuntamiento, ¿se pudo producir tal cantidad de delitos y corruptelas sin que nadie diera mucho antes la voz de alarma?
Como símbolo de la corrupción que es, este juicio será seguido con lupa por todos. Aún así no conviene olvidad que hay muchos más casos que han alertado a la sociedad española que, por si nos habíamos percatado ya, algo no funciona. Una vez cometido el delito, los culpables deben pagar por ello y la Justicia debe ser implacable, pero antes de que se produzca, los partidos políticos deberían tener el mayor de los compromisos en acabar con la corrupción dentre de sus filas. Y en este caso da igual hablar de un partido o de otro, todos deben comprometerse con más fuerza por un código ético que impida que dentro de los partidos se den casos como este. Y no vale pensar que esto solo ocurre en casos como el del GIL en Marbella por ser un partido peculiar, en otros con mucho más peso en las instituciones también ocurre. Y si de verdad los políticos quieren recuperar el prestigio perdido, si quieren volver a acercarse a los ciudadanos, deberían poner coto a estas prácticas. Primero prevención, luego vigilancia y después firmeza. De no ser así la confianza de los españoles en sus políticos se verá reducida a niveles pírricos nunca antes visto.

Comentarios