Esta semana el gobierno cubano anunció la liberación de 52 presos políticos. Al parecer la mediación de la Iglesia católica y la participación del ministro de Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, ha sido importante para esta decisión. La disidencia cubana ya ha dicho que desconfía de este anuncio, pues en ocasiones anteriores no se llevo a efecto algún anuncio similar. En todo caso las personas que serán puestas en libertad tendrán que salir de Cuba, por lo que serán exiliadas, y algunos de los presos vendrían a España según las informaciones de los últimos días.
La duda están el aire, ¿supone esta decisión una apertura del régimen cubano? A la llegada de Raúl Castro al poder, debido a la enfermedad de su hermano Fidel, fueron muchas las voces que apuntaron su esperanza de cambio ante la primera variación en el poder en décadas en la isla cubana. Salvo pequeños detalles, la ansiada apertura no llegó, fueron tan solo algunos gestos aislados los que lanzó a la opinión pública internacional el hermano de Fidel Castro, pero la realidad cubana sigue siendo años después la misma.
La primera reacción a esta medida gubernamental ha sido la decisión de Guillermo Fariñas de interrumpir la huelga de hambre que mantenía desde hace meses debido a la muerte tras una huelga del mismo estilo de otro disidente cubano. Eso sí, Fariñas advierte que de no llevarse a cabo las liberaciones anunciadas, no será él solo quien se ponga en huelgade hambre po un futuro democrático en Cuba.
La Iglesia católica ha sido al parecer pieza clave en esta decisión del gobierno cubano. Sus negociaciones con los dirigentes de la isla han llegado a buen puerto, y no es la primera vez que se liberan presos gracias a la intervención de la Iglesia de aquel país. Es por tanto digna de elogio su actitud ante la realidad cubana, al menos en lo que se refiere a esta última actuación que logrará poner en la calle a 52 presos de conciencia.
También parece haber sido importante la actuación en este proceso negociados, en la fase final del mismo, del ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, quien viajó esta semana a la isla con el fin de poder ayudar en esta oportunidad de cierta apertura y de moderada esperanza que se abre en Cuba. El papel internacional de España tiene para la mayoría de los ciudadanos de nuestro país, según una reciente encuesta, un peso mínimo; pero en esta ocasión sí parece que la importancia de la intervención de España en uno de los puntos calientes del panorama internacional ha sido considerable.
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