El pasado 15 de noviembre se celebraba en Washington una cumbre internacional que en el seno del G-20 debatió sobre la crisis económica mundial y pidió una serie de esfuerzos a los gobernantes de los países de todo el mundo para tratar de combatir la crítica situación económica mundial.
En esa cumbre estuvieron los representantes del G-8, más el resto de miembros del G-20, además de España y Holanda que fueron invitados por Francia ya que disponía de un asiento más en la cumbre por ser, además de miembro de este selecto grupo, presidente de turno de la Unión Europea. La presencia de España en esa cumbre se entendió desde el gobierno español como un gran logro. La vicepresidenta De la Vega llegó a declarar que con la asistencia de Zapatero a esa cumbre, España salía del "rincón de la historia". Por parte de la oposición se pidió al gobierno que se hiciera estable su presencia en ese tipo de cumbres y en el grupo del G-20.
Pues bien, los países reunidos en Washington decidieron volver a verse las caras en marzo de 2009, cuando Obama sea ya presidente de los Estados Unidos. La reunión será en Londres y todas las miradas apuntan a Gordon Brown, primer ministro británico. Ayer se le preguntó sobre la lista de países que acudirían a la cita de Londres, y se negó a dar una lista concreta de países que asistan a la cumbre. El caso es que España acudió invitado a la primera cumbre, y fue por Francia, presidente de turno de entonces de la Unión, pero no de ahora ya que ayer acabó el semestre francés al frente de la UE. Por la poca claridad de Brown y por esta circunstancia, no se sabe aún si España acudirá a la cumbre de Londres. Además nuestro país quedó excluido de las comisiones de estudio que salieron de esta cumbre. Está pues por ver si España estará o no en la cumbre de Londres.
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