El Museo Nacional de la Construcción de Washington es el lugar elegido por Estados Unidos para una reunión que busca una imagen de unidad mundial ante la crisis económica que afecta a todo el Planeta. De este modo, los miembros del G-20 más Holanda y España debatirán este sábado sobre economía.
Las tesis que van a defender los miembros europeos del selecto grupo parecen converger bastante y van en una línea reformista que desagrada a Estados Unidos. Esa es una de las primeras conclusiones iniciales antes de que haya comenzado la cumbre entre los dirigentes de todos los países asistentes a la cumbre.
Las tesis que van a defender los miembros europeos del selecto grupo parecen converger bastante y van en una línea reformista que desagrada a Estados Unidos. Esa es una de las primeras conclusiones iniciales antes de que haya comenzado la cumbre entre los dirigentes de todos los países asistentes a la cumbre.
Estados Unidos considera que la crisis actual no es fruto de la falta de regulación en su mercado, por lo que no estaría a favor de una considerable variación en este sentido. Esta postura es algo discrepante con la defendida por los miembros de la UE que apuestan por un control mayor.
Al parecer se va a marcar de plazo hasta el 31 de marzo para que cada país tome sus decisiones individuales en materia económica. Además se habla de una reunión en cien días que tendría como sede Londres y que contaría, esta vez sí, con la presencia de un Barack Obama ya presidente de los Estados Unidos.
Los expertos coinciden en señalar que será esa próxima cita la que tenga mayor valor de cara a las ambiciosas ideas que en torno a la reunión de hoy se han venido lanzando desde distintos países miembros del G-20. Se habló, entre otras cosas de refundar el capitalismo. Los cambios en materia de regulación podrían quedar para próximas citas.
Comentarios