Manuel Godoy

Siniestro y poderoso Godoy. Fue el favorito del rey Carlos IV, Primer Ministro, no había quien le tosiera en la corte, ni mucho menos fuera de ella. Reconocido como Príncipe de la Paz tras la firma de uno de los tratados de la paz de Basilea, el referente a España con Francia en 1796 por parte del propio Godoy.
Manuel de Godoy y Álvarez de Faria Ríos Zarosa nació en Badajoz el 12 de mayo de 1767, en 1784 entró en la Guardia de Corps siendo rey Carlos III. El 15 de noviembre de 1792, fue elegido Primer Ministro o Ministro Universal por Carlos IV. El rey le llenó de títulos, honores y de poder, mucho poder. En 1801 fue nombrado generalísmo, título que nunca antes ostentó nadie en nuestro país. En 1807 se le concedió el de almirante con tratamiento de alteza serenísima, y el de presidente del Consejo de Estado. Poco le duraría ya la grandeza y los honores a este personaje gris.
En aquella época no había programas del corazón, pero eso no evitó que hasta nuestros días llegará el rumor no infundado para muchos, que todos conocemos sobre Godoy y la Reina María Luisa, posible motivo de su rápido ascenso. En todo caso, de teorías sobre el motivo de su ascenso vertiginoso y del favor que tuvo en la corte, están llenas las páginas de muchos libros sobre su persona. El caso es que tanto la reina como el rey le dieron un trato exquisito y una cota de poder inmensa hasta el final.
Así Godoy hacía lo que le venía en gana. El 27 de octubre de 1807, un agente del Primer Ministro firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau. Ya sabes, Portugal dividida en tres partes, una de ellas para el propio Godoy. Pero el francés tenía otros planes, y con ese tratado se le abrió la puerta a toda la Península. Bonaparte quería Portugal, pero también España. Las tropas francesas fueron ocupando más y más territoria español, la Familia Real lo empezaba a ver oscuro, y más aún Godoy. Su palacio en Aranjuez fue asaltado el 19 de marzo de 1808 en lo que se ha venido a llamar el Motín de Aranjuez. De ese motín salió triunfador, por poquito tiempo, el hijo de Carlos IV, instigador de la revuelta y deseoso del trono, que quitó de en medio, deteniéndoles se entiende, a Godoy y a su padre. El que era Príncipe de Asturias pasaría a reinar España bajo el nombre de Fernado VII. Más que pasaría a reinar, intentaría hacerlo, porque los franceses tenían otros planes.
Cuando acabó la Guerra de la Independencia, el nuevo rey gracias a que los españoles le hicieron el trabajo contra José I para que luego él retornará al absolutismo, Fernando VII, logró mandar al destierro a Godoy. Fue destarrado a Pesaro (Italia). Eso sí, el favorito de Carlos IV fue fiel a su Rey, y a su reina por supuesto. Por cierto, cuando murió la esposa de Godoy, este vivió más abiertamente su relación con Pepita Tudó, mujer con quien era infiel a su esposa, esto sí está confirmado. Godoy escribió sus Memorias en París donde Luis Felipe de Orleans le concedió una pensión. Con Isabel II en 1844 y 1847 se le devolvieron a Godoy todos los honores y títulos que Fernando VII, que le tuvo siempre muchas ganas, le había retirado. El 4 de octubre de 1851 murió, y due entrrado sin pena ni gloria en Francia. Él que había sido el hombre no hijo de reyes más poderoso de España.

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