En el citado artículo se explica que, en efecto, en el programa de la carrera de Periodismo, igual que en el de tantas otras, se recogen varios créditos destinados a prácticas académicas. Y es ahí donde se inserta esa beca de La Marea. Son prácticas que no necesariamente tienen que estar remuneradas, no se obliga a ello. Pero, como bien señaló en este interesante debate en Twitter Javier Calvo (@jcalvo_), de El Economista, no conviene hacerse trampas, porque sí se pueden remunerar esas prácticas, y en ese caso se debe dar de alta en la Seguridad Social a los becarios. Son varios los medios que han sido más bien poco éticos con las becas. Entre ellos, medios grandes como la Cadena Ser.
Este debate en la red social, ya digo, plantea una cuestión de fondo realmente interesante. Comprendo las razones de los periodistas de La Marea que defienden su postura. Que son un medio pequeño, que no pueden pagar más y que son prácticas académicas reales, auténticas, las que ofertan. También entiendo a quienes piden coherencia ideológica a medios progresistas, que luchan en sus informaciones contra la precarización del mercado laboral, pero después incurren en prácticas como estas. No se trata de personalizar el debate en este ni en otro medio. Sobre todo, porque son pocos los que se salvan, sino de ir algo más allá del sentirse ofendidos porque se ataque a una publicación concreta y entrar en el debate de fondo. La APM hará bien en criticar cada práctica sin remunerar. Por supuesto.
Todos los periodistas sabemos que muchas veces las prácticas no son tales. Los becarios, a la segunda semana en la redacción, terminan trabajando igual que los profesionales de los medios, en la medida de lo posible, naturalmente. No siempre hay una supervisión. No siempre estas becas se enfocan como una forma de enseñar, sin lugar a dudas la mejor posible, la profesión a los estudiantes. Ser becario es una fase por la que todo aquel que quiera dedicarse a ser periodista debe pasar. Y es bueno. Se aprende más que en las facultades. Muchísimo más. Es una experiencia extraordinaria que todo estudiante de periodismo debe intentar vivir en cuanto le sea posible. Pero todo tiene un límite. Y sobre esos límites, sobre ese control, ahora inexistente en muchos medios, debe girar el debate sobre las becas.
Las prácticas deben estar limitadas en el tiempo. No se pueden extender hasta el infinito con trampas como los cursos online, o cualquier otra estratagema para tener como becario a quien ejerce ya de redactor. Igual que no se puede dar responsabilidades que no les corresponden, y por las que no cobran, a los becarios. Se trata de evitar la precariedad. ¿Becas para aprender al lado de profesionales? Sí, todas las que sean posibles. Es lo mejor que puede hacer un estudiante de periodismo. Y es positivo para todos. Pero no becas para cubrir puestos de trabajo, no becarios casi indefinidos, ni trampas para no hacer contratos. Creo que es lo que subyace en el fondo de este debate tuitero. Y creo que es un debate necesario donde todos los medios deberían ser mucho más honestos.
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