Vibrante discurso de Caballero Bonald, Premio Cervantes

El Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares volvió a vestir sus mejores galas para celebrar la gran fiesta de las letras. Como cada año, en este escenario insuperable se entregó el Premio Cervantes. En esta ocasión el ganador fue el poeta y escritor José Manuel Caballero Bonald, que enarboló un bello y vibrante discurso en defensa de la poesía y la literatura. Este discurso fue uno de los grandes momentos del Día del Libro, que cada 23 de abril nos regala celebraciones en torno a uno de los mayores placeres de la vida, a una de las mejores compañías que podamos imaginar, la de un buen libro. 

Caballero Bonald habló del "poder terapéutico" del arte. Contó que "los utensilios de la poesía" pueden contribuir a la "rehabilitación de un edificio social menoscabado". "Tal vez una sociedad decepcionada, perpleja, zaherida por una renuente crisis de valores, tienda así a convertirse en una sociedad ennoblecida por su propio esfuerzo regenerador", aseguró. 

Su discurso fue una maravillosa, como no se esperaba de otra forma, defensa de la poesía. Una reivindicación del arte al que ha dedicado su vida. "Si es cierto, como opinaba Aristóteles, que la historia cuenta lo que sucedió y la poesía lo que debía suceder, habrá que aceptar que la poesía puede, efectivamente, corregir las erratas de la historia y que esa credulidad nos inmuniza contra la decepción", señaló. También destacó la vertiente de poeta de Miguel de Cervantes. "Quien escribió el Quijote no podía ser sino una gran poeta", dijo. 

Como bien explicó el Premio Cervantes 2012, los libros que uno ha leído a lo largo de su vida lo determinan, lo marcan de alguna manera especial: "todos ellos constituyen como una especie de espejo múltiple donde me veo frecuentemente reflejado, y en todos ellos se alojan no pocos de mis descubrimientos de la vida precisamente porque también en esos libros descubrí otras vidas, experimenté la sensación de que algo había allí que me ofrecía la posibilidad de compartir un mundo ignorado y excitante", afirmó.

En efecto, en parte somos lo que somos gracias a las lecturas que nos han ido acompañando en el camino. Gracias a lo que hemos soñado, aprendido, imaginado, sufrido, reído, añorado, admirado, temido o amado en todos esos libros que han pasado por nuestras manos. La satisfacción que proporciona la lectura no puede ser superada por nada. Leer, leer. Leer mucho, cualquier género, cualquier autor. Pero leer. No hay mejor recomendación, no hay mayor favor que podamos hacer a un niño que poner en sus manos un libro que eche a volar su imaginación. No conozco mejor antídoto ante la ignorancia, el odio o los prejuicios que la lectura. Todo está en los libros.  La sociedad sería mejor si se leyeran más libros. Que nadie lo dude. Por eso es tan bonito un día como el de ayer. Y, sobre todo, por eso es tan necesario que esa pasión desbordada por la literatura que apreciamos ayer en las calles de muchas ciudades españolas perviva el resto de los 364 días del año. Sencillamente, porque seremos mejores como sociedad y eso es lo que andamos buscando. 

Comentarios