Día Internacional de los Derechos Humanos

Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Derechos Humanos y, lamentablemente, todavia hay muchos puntos negros que denunciar, muchos países en los que no se respetan los derechos fundamentales y muchos aspectos en los que mejorar. El de hoy debe ser, por encima de todo, un día reivindicativo para señalar a todas aquellas sombras que aún existen en el mundo en relación al respeto de los Derechos Humanos. Ha de ser una jornada de denuncia ante tantas situaciones que impiden el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que hoy es lectura obligada.
 
Tal día como hoy del año 1948 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó esta Declaración que recoge en 30 artículos los derechos fundamentales que todas las personas tienen por el mero hecho de serlo, más allá de su nacionalidad, sexo, religión, etnia o clase social. Así, cada 10 de diciembre recordamos este texto en el que se reúnen los derechos básicos que respetan la dignidad de la persona. Hoy que estamos nostálgicos mirando al pasado y al papel de algunas organizaciones, concretamente de la Unión Europea, por la paz en el mundo, no viene mal echar la vista atrás y señalar cuán importante fue la creación de la ONU y sus fines y objetivos iniciales, entre los que se encuentra la protección de los Derechos Humanos. Al igual que decimos con la UE, que hoy recibe el premio Nobel de la Paz, no es malo mirar atrás y celebrar logros pasados, pero es imprescindible atender a la situación actual. En relación a los Derechos Humanos, son muchos los retos que aún quedan por delante y muchos los incumplimientos que hay que combatir.
 
Como pienso que la de hoy ha de ser una jornada reivindicativa, voy a señalar alguno de esos puntos negros de los que hablaba al principio y que hay que denunciar con firmeza. Podemos empezar por Siria, donde se suceden a diario los más crueles crímenes contra la humanidad. El ejército de un tirano masacrando a su pueblo y un país desangrado en una cruenta guerra civil sin que la comunidad internacional sea capaz de parar el caos. En un día como hoy, sin duda un lugar en el que todos deberíamos posar nuestra mirada es Siria. Porque mientras la UE celebrará con boato el Nobel y el mundo seguirá a lo suyo, en Siria habrá violanciones de los Derechos Humanos.
 
Podemos también mirar hoy a China. Una gran potencia económica que en décadas probablemente superará a Estados Unidos en los grandes indicadores macroeconómicos. Este poderoso país asiático se rige por un sistema dictatorial en el que se violan impunemente los Derechos Humanos. Presos de conciencia, represión de protestas ciudadanas, ausencia total de democracia, un número abrumador de personas pobres. Señalemos con el dedo a China. Es una potencia económica a la que nadie tose. Los líderes mundiales saben que sacar el espinoso tema de los Derechos Humanos delante de un dirigente chino puede resulta muy perjudicial económicamente, así que prefieren callar, adoptar una actitud cobarde.
 
Hoy debemos preguntarnos cuándo el dinero se situó por encima de los derechos fundamentales y por qué tenemos que aceptar este estado de cosas. Es patético, vergonzoso ver esa actitud de pleitesía que el mundo rinde a China, país en el que sabemos que se están violando los Derechos Humanos. Claro, China tiene deuda de los países europeos y hasta de Estados Unidos. preferimos tenerlo de aliado, de amigo. Pero estamos dando la espalda a los ciudadanos chinos que luchan por los Derechos Humanos en su país. Es impresentable esa actitud que antepone el dinero a la dignidad de la persona. Hoy, por cierto, recibe el Nobel de Literatura, el chino Mo Yan, dicen que un gran autor literario (no tengo el gusto de haberlo leído) pero un tipo, por las declaraciones que hemos leído últimamente, que apoya al régimen dictatorial de China, que quita importancia a la censura en su país y que se niega a apoyar a sus compatriotas activistas por los Derechos Humanos. Será un gran escritor, no tengo duda, pero no podemos decir lo mismo de su valor moral ante la dictadura.
 
Pero hay muchos más puntos negros a los que mirar. Todos aquellos estados que, como Cuba o Corea del Norte, son unas dictaduras en las que los ciudadanos carecen de la más elemental libertad para decidir sobre su futuro o incluso sobre su vida cotidiana. Aquellas personas que mueren de hambre en países subdesarrollados mientras el llamado primer mundo nada en la abundancia. También es hoy el día apropiado para denunciar aquellos países en los que una interpretación fundamentalista del Islam provoca brutales violaciones de los Derechos Humanos, especialmente grave es la situación de la mujer en esos países. Lo más valioso de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es precisamente que es universal, que recoge unos derechos básicos que están por encima de religiones o culturas y que están unidos indisolublemente al ser humano sea de donde sea, viva donde viva y profese la religión que profese. Se sitúan por encima, ya que son los puntos básicos en común que ha de tener la humanidad más allá de las distintas formas de entender el mundo. Por eso hoy también hay que decir que en ocasiones se echa en falta valentía para denunciar estos atropellos de los Derechos Humanos en algunos países islámicos.
 
Termino glosando algunas otras situaciones que conviene recordar hoy. Los niños soldados en África, por ejemplo, es una de ellas. La situación de muchos niños que pierden su infancia y su derecho a la educación en muchos países del mundo. La pena de muerte, que viola el derecho fundamental a la vida en muchos países, alguno de ellos de los que se dicen referente moral del mundo libre, hablo de Estados Unidos. La situación aún lejana de una auténtica democracia en países como Rusia. Los conflictos armados que lamentablemente aún siguen existiendo en varios puntos del globo. Hoy es el día indicado para señalar todas aquellas zonas del mundo donde se violan los Derechos Humanos y por lo tanto, donde no hay nada que celebrar y mucho que reivindicar.
 


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