Empieza la campaña de las presidenciales francesas

Hoy empieza oficialmente la campaña electoral de las presidenciales en Francia. Nicolás Sarkozy busca la reelección frente al candidato socialista François Hollande y el resto de candidatos de partidos menores que pueden jugar siempre un papel importante tanto en la primera vuelta como, según hacia dónde orienten sus votantes sus apoyos, en la segunda. Las elecciones presidenciales en Francia son de un enorme interés para toda la Unión Europea, ya que estamos hablando de una gran potencia europea (aunque es cierto que hoy por hoy sólo la Alemania de Merkel parece tener la última palabra de todo lo que pasa en la UE). Llegan estas elecciones en una situación económica complicada para toda Europa y marcadas también por otras cuestiones como la seguridad, tras los terribles atentados perpretados por Mohamed Merah y las detenciones de presuntos terroristas islamistas radicales estas últimas semanas en el país galo.

Estas elecciones resultan, digo, muy interesantes para toda Europa y, concretamente en España, miramos ahora algo más a nuestos vecinos del norte porque Sarkozy ha tomado como argumento contra el socialista Hollande la situación actual en España por culpa, dice, del socialista Zapatero. Es de ese tipo de mensajes simplistas y poco elaborados que los políticos suelen emplear, al parecer, también en otros países. No sé si calara o no. Sarkozy viene a decir que ningún francés quiere que su país esté como se encuentra actualmente España, es decir, que afirma que nuestra situación económica es crítica. Dice que es por culpa del paso del socialismo por el gobierno. Después de siete años de socialismo, argumenta, así están nuestros amigos españoles. ¿Queremos vernos así nosotros votando al también socialista Hollande? Al margen de lo simplón del discurso, Sarkozy tendría que pensar que está defendiendo su candidatura a las presidenciales atacando a otro país y contribuyendo a generar dudas sobre su solvencia, algo que parece poco ético, incluso, en elecciones.

Esta campaña comienza como un duelo entre Sarkozy y Hollande, pero hay que contar siempre con el resto de candidatos. No para que alguno de ellos llegue al Eliseo, algo que resulta muy poco probable, sino porque pueden jugar un papel importante a la hora de quitar apoyos a uno u otro de lo dos aspirantes principales y, llegada la segunda vuelta, a la hora de inclinar la balanza en favor de uno u otro. A la derecha está el partido ultra de Marine Le Pen. Sus mensajes y discursos son demagógicos, peligrosos, radicales y xenófobos, pero este tipo de populismo puede dar siempre sorpresas en las urnas. La tercera plaza en los sondeos la ocupa, no obstante, un candidato escorado a la izquierda, Jean-Luc Mélenchon. Lidera el Frente de Izquierdas y parece que está subiendo en los sondeos en las últimas semanas. Él abandonó el Partido Socialista en 2008 y se ha unido a los comunistas y a otros líderes políticos descontentos con los socialistas. Está ascendiendo y existe cierto temor a que pueda restar tantos votos a Hollande que le deje fuera de la segunda vuelta. No sé si algo creíble o no, o si hay muchas opciones de que suceda o no, pero sí hay quien señala ya esa preocupación para los socialistas franceses.

Se teme en las dos orillas de la política francesa que estos terceros partidos jueguen un papel más clave y decisivo del esperado. Sobre todo desde que en las elecciones presidenciales del 2002 el ultraderechista Jean-Marie Le Pen logró llegar a la segunda vuelta donde se enfrentó a Jaques Chirac, candidato de la derecha, dejando fuera de esta ronda final al socialista Lionel Jospin. También se advirtió hace meses que podía suceder algo similar, pero a la inversa, en la derecha, cuando Sarkozy no remontaba en los sondeos mientras que la dirigente de extrema-derecha Marine Le Pen subía como la espuma. Por lo tanto, si bien todo hace indicar que estas elecciones serán un man a mano entre Sarkozy y Hollande, siempre hay que mirar de reojo al resto de fuerzas políticas porque no sería la primera vez que dan la campanada de entrar en la segunda vuelta o, sin lograrlo, resultan decisivas por restar u otorgar apoyos en esa fase decisiva a uno u otro candidato.

Hollande dominaba con gran autoridad las encuestas hace meses. De hecho Sarkozy llegó a aparercer como tercera opción en algún que otro sondeo hace mucho. Eso se ha ido corrigiendo poco a poco y ahora parece que la igualdad entre el presidente y el aspirante socialista es máxima en las encuestas.  Hollande está centrando su discurso en cuestiones sociales y en afirmar que otra política europea es posible. Por su parte, Sarkozy continúa defendiendo un cambio en el Tratado de Schengen sobre la libre circulación de personas en Europa. La economía podría ser uno de los temas centrales de la campaña, pero habrá que contar también con sus derivados (proteger las cuestiones sociales, por ejemplo, donde Hollande pondrá especial énfasis) y con otros asuntos como la seguridad y la inmigración que vuelven a cobrar peso tras el trauma de la matanza provocada por Merah. El 22 de abril será la primera vuelta de las elecciones y la segunda queda para el 6 de mayo, en caso de que ningún candidato logre el 50% de los votos en la primera cita con las urnas. 

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