Florida devuelve el favoritismo a Romney

Las primarias de Florida, celebradas ayer, devolvieron las cosas a su estado previo a la contundente victoria de Newt Gingrich en Carolina del Sur, es decir, Mitt Romney vuelve a ser el gran favorito a ser candidato republicano a la presidencia. Él cuenta con un aparato electoral mucho más poderoso que el de su rival y es creciente la sensación entre los republicanos de que Romney le pondría las cosas más difíciles a Obama, ya que podría disputarle el voto del centro. Además, Gingrich no despierta muchas simpatías en el establishment del partido republicano. De todos modos, Gingrich ya ha anunciado que no se rendirá hasta el final. Quedan muchos Estados y, aunque Romney tiene todas las papeletas de ser elegido candidato, sigue despertando ciertos recelos por su centrismo en algunos sectores de las bases republicanas. De ahí tirará Gingrich para mantener viva la carrera.

Es muy interesante el modo de elegir candidato en Estados Unidos, nada que ver con el clásico dedazo al que tan acostumbrados están la mayoría de los partidos políticos. Algo bastante sorpredente, en comparación con lo que sucede en España, son los discursos de algunos candidatos. Gingrich, por ejemplo, reivindica su conservadurismo y ataca a Romney por ser un moderado. No sé si en España triunfaría un discurso contra algún responsable política que le atacara por ser demasiado centrista. Más allá de las diferencias, lo cierto es que el Partido Republicano seguirá la carrera para elegir candidato. El sábado hay caucus en Nevada, y habrá más citas de este tipo en otros Estados como Colorado, Maine y Minnesota. A finales de mes habrá primarias en Mochigan y Arizona. El primer Estado es en el que se crió Romney, por lo que buscará un triunfo contundente. El segundo, muy consevador, por lo que Gingrich partirá allí con ventaja. El 6 de marzo será la gran cita, conocida como el supermartes, donde votarán una decena de Estados.

Ayer, en Florida, Romney no sólo ganó sino que lo hizo de forma holgada. Tanto como para recuperar sin ninguna duda el papel de gran favorito. Hay analistas que dan ya casi por hecho que él será el candidato republicano a la Casa Blanca, pero ninguno niega que la carrera continuará. Romney centró sus ataques en Obama y dijo que el Partido Republicano no saldrá dividido de ese proceso, sino preparado y fortalecido. Con casi todo los votos escrutados, Romney obtuvo un 47% de los votos, mientras que Gingrich se tuvo que conformar con un 32%. Totalmente ya en un segundo plano están Rick Santorum (13%) y Pon Paul (7%). Para ser sinceros, ninguno de los dos hizo mucha campaña en este Estado. Son quince puntos de ventaja para el candidato más moderado en un Estado, además, más grande y variado que aquellos en los que ya habían votado los republicanos. A su favor Romney tiene que la mayoría de los simpatizantes de este partido creen que es quien tendría más opciones ante Obama. En contra, que no es un conservador puro, por decirlo de algún modo similar al empleado por Gingrich.

Romney es el gran favorito y conviene destacar también un mensaje que viene repitiendo durante toda la campaña para atacar a Obama. Ayer lo expuso con claridad: "antes la Casa Blanca reflejaba lo mejor que podíamos ser. No lo peor en lo que se ha convertido Europa". Romney también dijo hace un par de semanas que él creía en Estados Unidos, no en Europa. En fin, puede que este discurso algo ventajista le sirva en la campaña. Supongo que en la UE estarán siguiendo de cerca este tipo de mensajes de Romney. Tampoco es que Obama se haya guardado reproches a Europa, quizás por aquello de no quedar atrás frente a su presumible rival en las elecciones de noviembre. Europa atraviesa una mala racha y, ciertamente, la labor de sus dirigentes es francamente mejorable, pero me temo que lo que a Romney no le gusta de Europa es el Estado de bienestar que garantiza, por ejemplo, sanidad pública, universal y gratuita para todos sus ciudadanos. Habrá que seguir de cerca lo que Romney piensa de Europa, pero de entrada parece un discurso facilón y algo populista.

Obama, mientras tanto, sigue con atención, y seguro que con entusiasmo, la división en el seno del Partido Republicano. Él sabe mejor que nadie, en todo caso, que después de un duro proceso de primarias que parece que divide en extremo a un partido se pueden ganar las elecciones. Ya sucedió hace cuatro años cuando él mismo y Hillary Clinton se disputaban la candidatura demócrata. Sí es verdad que Clinton y Obama tenían bastante más cosas en común que las que tienen Romney y Gingrich. En este caso se percibe con más claridad cómo se enfrentan cara a cara dos almas del partido, dos espíritus muy distintos y dos formas de entender la política, la vida, la economía y la sociedad muy diferentes. En la actual situación económica, tal vez Gingrich necesite algo más que presentarse como en candidato más conservador y más a la derecha del partido para ser el elegido, mientras que Romney es tenido como un gran gestor económico por su pasado empresarial. Da la sensación de que Romney ofrece cosas más concretas y que Gingrich se centra en cuestiones más doctrinales o teóricas. En cualquier caso, la carrera continúa.

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