Equilibrios con Urdangarin

La situación en la que está Iñaki Urdangarin no es nada sencilla. No lo es para él, que tiene en el horizonte un panorama judicial nada claro, pero tampoco lo es para la Casa Real. Desde que conocemos sus negocios la institución ha dado los siguientes pasos: filtrar que se reduciría la composición de la Familia Real, desmentirlo, dejarse fotografiar la Reina con el duque de Palma, excluir el Rey a Urdangarin de los actos oficiales de la Casa Real, retirar el Museo de Cera al duque de la sala donde estaba junto a su esposa para irse a la sala de los deportistas, aparecer en la felicitación navideña. No parace que haya mucha coherencia y más bien da la sensación de que en la Casa Real se debaten entre dos posturas contrapuestas: hacer invisible al duque o recordar que es miembro de la familia y salir, de un modo u otro, en su defensa. El Rey y el Príncipe defenderían lo primero, y la Infanta Cristina y la Reina, lo segundo.

A todo esto, siguen saliendo informaciones periodísticas que hablan de negocios poco claros y nada desinterados como cabría esperar de una institución sin ánimo de lucro. La misma semana en la que el jefe de la Casa Real afirmaba que la actitud de Urdangarin era poco ejemplar, el duque aparece sonriente en la felicitación navideña junto a su esposa y a sus hijos. Las postales navideñas de la Familia Real van este año desde el protagonismo absoluto a los más pequeños de la familia por parte de la Infanta Elena a una escena pictórica sin presencia de los monarcas en el caso de los Reyes. Los Príncipes aparecen junto a sus hijas y los duques de Palma hacen lo propio. En cualquier caso, la presencia de Urdangarin en la felicitación tiene la importancia que tiene. Sirve para volver a dejar de manifiesto una obviedad: se le puede retirar de los actos de la Casa Real, pero sigue siendo el marido de la Infanta Cristina, sigue siendo duque de Palma y sigue formando parte de la familia. La Casa Real está haciendo un juego de equilibrios con Urdangarin. Su actitud no es ejemplar, pero sigue siendo el padre de tres nietos del Rey, sigue siendo esposo de la Infanta. No es sencillo gestionar esta crisis.

Es complicado, en efecto, gestionar este problema de imagen. ¿Lo está haciendo bien Zarzuela? Creo que les falta unificar criterior. Es incoherente, o tal parece, que Urdangarin sea apartado de los actos oficiales de la Casa Real y aparezca en la felicitación navideña como si nada hubiera pasado. Es verdad que una foto para desear felices fiestas no puede ser tildado de acto oficial de la Casa Real, pero la primera medida parecía encaminada a reducir al máximo la presencia pública del duque, y la segundo no hace sino posar todos los focos sobre él. En el caso Urdangarin se están valorando los aspectos institucionales y éticos, que son muy importantes, por supuesto. Tampoco convendría dejar a un lado los aspectos personales, sentimentales. No me meteré en este terreno porque este blog no hace crónica de sociedad ni nada por el estilo como bien es sabido por quien lo lea frecuentemente, pero es natural que cueste mucho ser duro con alguien que forma parte de tu familia, o también es duro darte cuenta del terrible daño que te está causando alguien de tu propia familia.

Como digo, no quiero entrar en terrenos más bien de crónica rosa, pero estos días pienso en la situación de la Infanta Cristina. No sólo pienso en ella en relación a su grado de conocimiento de los negocios de su esposo, sino también desde el punto de vista de lo mucho que le debe de estar afectando esta situación. No sería igual, por supuesto, si finalmente se probara que ella estaba también en el ajo, pero de eso no hay pruebas en este momento. No debe de ser fácil para ella ver cómo su marido está siendo noticia día y sí y día también por presuntos delitos, y menos aún ver cómo el Rey, su padre, califica por boca del jefe de la Casa Real de no ejemplar la actitud de su esposo y padre de sus hijos. Naturalmente, la cuestión institucional y ética prevalece, pero yo también pienso en esa otra parte. No lo hago con un interés de cotilleo o nada por el estilo, sólo lo hago porque siempre hay que tener en cuenta que hablamos de personas y cuando de personas se trata los sentimientos y las relaciones humanas juegan su papel.

Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre este caso. Creo que no sólo es a Urdangarin a quien le beneficiaría que los jueces tomaran decisiones pronto. Si debe ser imputado, que lo sea lo antes posible. Nadie debería pasar por esta situación de indefensión y juicios mediáticos. No sé si el juez instructor está esperando a tener todo muy clarito y con pruebas concluyentes para imputar al duque, algo que es comprensible pero que debería ser aplicable a todos los casos. De todos modos, esta historia no ha acabado.

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