Excepcional entrega de los Príncipe de Asturias

Oviedo, capital del conocimiento
Como cada año el mundo entero mira a Oviedo con admiración y esperanza. La capital del Principado de Asturias acogió con éxito una vez más la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. En primer lugar destaca sobre manera la enorme afluencia de público a las calles ovetenses cercanas al Teatro Campoamor. Una ciudad que no vuelca para ver un concierto de rock o un partido de fútbol, sino para mostrar la admiración por los galardonados con unos premios de enorme prestigio internacional y por elevar con su actitud la grandeza de los mismos.
Los medios de comunicación siempre suelen destacar el día posterior a la ceremonia cuál de los galardonados ha sido la estrella mediática del evento. En esta ocasión es al parecer el tenista Rafael Nadal quien se llevó mayores aplausos y halagos. Merecidos por su trayectoria profesional y por sus actitudes humanas. En una entrevista a ABC el número 1 mundial afirmaba que él quería ser buena persona y que las personas que tienen una proyección pública deben dar ejemplo. El deporte siempre fue ejemplo de superación que va más allá de una competición o una cancha de tenis.
Al gran tenista mallorquín se le veía ciertamente abrumado al verse rodeado de tanta gente buena, de tanta buena gente como ayer se dio cita en Oviedo para ser premiados por sus actos en pro de la Humanidad. A mi personalmente me provocan gran admiración los científicos que, lejos de emplear sus habilidades para enriquecerse, se dedican a entregar sus conocimientos a los demás, en especial a los más necesitados.
Ayer Ingrid Betancourt realizó un discurso brillante ayer en el que pedía la libertad de todos los rehenes de las FARC. Fue especiamente emotivo y literario, invitó a soñar con un mundo mejor. ¡Qué excepcional mujer! ¡Qué ejemplo para todos! Pidió diálogo, pero se dirigió firme y rotunda a sus captores para pedir el fin de sus actos criminales. Es verdad lo que dijo la admirable política colombiana, los Premios Príncipe de Asturias son un anticipo de lo que puede ser un mundo mejor, de lo que podríamos hacer entre todos en esta aldea global en la que, dijo, "todos somos vecinos". Enhorabuena a todos los premiados, gracias por sus labores, y ojalá que el ejemplo, los muchos ejemplos ayer dados en Oviedo no caigan en saco roto.
Alberto Roa Arbeteta

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